Siento que afuera llueve,
y corro por la calle
mirando al cielo,
dejando escurrir el agua
por mi frente,
por mis ojos, mis mejillas.
No sabrás cuanto he llorado.
Te veo,
vienes corriendo,
vienes a abrazarme.
Mentira,
es otro espejismo.
La lluvia no deja ver bien.
Me siento en la cuneta
y me embarro los pies,
maldigo la vida
y maldigo mi suerte.
Escucho tu voz, que
grita mi nombre.
Miro a todos lados,
y es otra ilusión,
otro signo esquizofrénico
de mi permanente delirio.
El suelo está mojado,
no importa, me derrumbo
hacia atrás,
el barro ensucia micuerpo,
la lluvia limpia mi cara,
no sabras cuanto he llorado.
Bueno, ya era hora de escribir poesía, fue mucho tiempo de amor, tal vez demasiado, también mucho tiempo de sufrir, estoy seguro que demasiado, es el tiempo de expíar, es el tiempo de sanar, es el tiempo de escribir.
martes, 2 de octubre de 2007
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