MUJER

¿Hay algo más misterioso
que la profunda emoción
escondida en la mujer?

¡Oh! fémina.
Por mitos e historias,
encarnando el engaño,
la perfidia y la inconstancia.

Volubles son tus sentimientos,
aunque en realidad no lo se,
y creo que nadie lo ha descubierto.

Mujer,
un solo cuerpo que alberga
el secreto de la vida,
oculto en lo más sagrado
e inaccesible de tu ser.

Pasiva, tu pasividad
causa tempestades, terremotos
y erupciones.
Confrontas a quienes se aman,
separas lo indisoluble
y amarras la libertad.

Mujer, enigma universal,
panacea indescifrable del
conocimiento.
Mujer, efímera y trascendental.
Mujer, diosa y calamidad.
Mujer principio.
Mujer, final.

LA SEMILLA

Encontramos una semilla,
perturbados, no entendimos.
La sembramos igual.
Sin darnos cuenta germinó.

¡Cultivémosla!
Sí, no, tal vez.
Vivió, creció.
Lentamente, mostró
su tallo firme, al parecer.

Sus hojas comenzaron a abrirse,
el perfume nos embriagó.
Admiramos el talante
de sus brotes gallardos,
altivos y únicos.

Nos regocijamos con el
destello de sus flores.

¡Cuánto color, cuánta luz,
cuánto movimiento!
Un caleidoscopio
de vida y creación.
Un trabajo largo, un proceso,
una entrega, más bien dos.

Y en ese momento, nos hartó.
A buscar machete fuimos,
rosón, tijeras,
la cortamos, la secamos al sol,
le prendimos fuego,
la hicimos humo
y nos tragamos el dolor.

CENA PARA DOS

De aperitivo, tu fragancia,
el sabor de tu piel
en suaves tragos
que me arden.

Como entrada, tu boca,
carnosa, dulce y viva.
Exhalando el deseo,
comenzando a rasgar,
comenzando a dañar.

Mi plato fuerte, tus tetas,
dulces curvas turgentes
servidas sobre tu cintura excelsa.
Acompañadas de tu sexo
fértil, caliente, danzante,
el que engullo sin cubiertos,
mas, con delicadeza
al sazón perfecto de tus caderas,
obra maestra de la naturaleza,
proporción exacta del éxtasis,
puente en llamas
entre este mundo y el otro.

Me bebo tu cuello,
aderezo con tus brazos
y me refresco en tus piernas
azúles y verdes, frías y tiernas,
esbeltas, perfectas.

De postre, tus ojos, tu cara,
caricias, sudor y suspiros.
Uñas y dientes que tallan
mi cuerpo,
que escriben amor.

RATÓN

Jaula de ratón,
ratón de laboratorio,
sortea pruebas
para poder comer.

Comida de ratón,
ratón de ciudad,
robando de las sobras
que botan los demás.

Cara de ratón,
precaria, sucia y gris,
mira siempre para arriba,
nadie te mira a tí.

Mordida de ratón,
herida que no sana,
daño sin culpable,
pena que te mata.

Veneno para ratón,
viene en cajas baratas
es gratis, y está
en todas las casas.

Esposa de ratón,
laucha sin gracia,
críando lauchitas
para que sean ratas.

Sexo de ratón,
hálito y sudor,
alcohol y cartón,
casi, casi amor.

Muerte de ratón,
partida ganada,
lágrimas sin alma,
pero nada se acaba.

Bichito

Bichito, bichito,
subiendo, subiendo,
la rama, la rama,
contento, contento.

Niñito, niñito,
mirando, mirando,
riendo, riendo,
contento, contento.

Ramita, ramita,
meciendo, meciendo,
que baila, que baila,
el viento, el viento.

Bichito, bichito,
volando, volando,
niñito, niñito,
corriendo, corriendo.

re-SUSCITA

¿Quién eres tú?
Me dices que eres otra,
que años que parecen vidas
han pasado por tu vida,
y la muerte de cada una
cargas en tu espalda.

Mas, no es lo que yo veo
en el brillo de tu rostro.
Pero en el brillo verdadero
de tu rostro,
aquel detrás de la
máscara cotidiana,
del antifaz abnegado
de mujer juiciosa, resignada
y sometida.

Detrás de aquella sombra
veo refulgir la llama
de una pasión dormida,
incandescer el magma
de una juventud suspendida.
Aplacada en voluntad
por el deber ser,
por el miedo, por la ira.

Pero, ¡no más!
excecro en vos la vacua santidad,
incito en tu cuerpo
la destrucción de todas
y todas las cadenas de
observancia inmaculada,
febriles y siempre vanas.

Os emplazo a la rebelión
que guía el deseo de vivir
en el hoy,
a inmolar
lo que se ha llevado la muerte
languida y perenne de tu
existencia.

Porque,
¿qué son diez años,
cuándo veinte no son nada?
Comenzad ahora, pronto,
que no se haga más tarde,
y el crepúsculo del día,
llegue antes
que el cénit de tu vida.