viernes, 1 de febrero de 2008

Para ti, en el cielo funk.

Y fue así,
sólo abrí los ojos,
un día, de repente,
y estabas ahí.
No se cómo llegaste,
y eso no es lo importante.

Te quedaste, con la pureza en tus ojos,
tu mirada de candor.
Tu figura natural, obra del creador.
Y, esos viejos prejuicios,
el cariño, la ternura y el amor
supieron combatirlos.

Tu presencia me alimentaba,
nos alimentaba,
más de lo que fuéramos capaces
de brindarte.

La humilde estampa, gloriosa,
de la que estabas hecha,
hacía brotar cosquillas,
que sólo aparecen de vez en cuando,
con emociones de a de veras.

Que duro nos golpea la vida,
con las lecciones de cada día.
La vida, que hoy es lo que te falta,
fue lo que nos alegraste,
comenzaste a darle sentido.
Salieron los sentimientos,
de donde estaban escondidos.

Amiga, hermana, chiquitita.
Por lo que fuiste, no lloraremos más,
sino, que nos alegraremos,
por donde estarás.

(A nuestra hamster... la negra, we’ll remember you, for ever)

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